Galletas de mantequilla :)

Hoy toca entradita de guarreridas ricas, ricas.  En esta ocasión se trata de unas galletas de mantequilla, de ésas que están ahora tan de moda decoradas con glasa, fondant y demás, muchas tan vistosas que incluso se regalan como recuerdo en bodas, eventos, etc... al tener una conservación muy buena.

Con ellas quisimos estrenar los cortadores nuevos que hemos comprado con temática Halloween, porque no sólo de cupcakes viven las malas mujeres ;)

Mirad un ejemplo de las que salieron con los recortes..Mini-murciélagos con caritas pintadas por Meru XD Utilizamos un rotulador comestible para pintarlas.

Tras bichear un poco buscando una receta fácil y que funcionara, finalmente  hemos seguido la receta de este blog.

Ingredientes para unas 30-40 galletas (dependerá del tamaño del cortador): 

• 125 gr. de azúcar (o azúcar glas)
• 250 gr. de mantequilla a temperatura ambiente (blandita)
• 1 huevo grande
• 450 gr. de harina tamizada
• 1 cucharadita de extracto de vainilla (o aroma al gusto
• 1 pizca de sal

Hacerlas no tiene ninguna historia: 

Se debe batir la mantequilla un poquito hasta que quede cremosa. Luego se le añade el azúcar glas y se bate hasta que estén ligados los ingredientes. 

Después se añade el huevo y el aroma de vainilla y se sigue batiendo hasta que liguen.
Aparte tamizamos la harina con un poquito de sal y la vamos añadiendo poco a poco a la mezcla anterior. Paramos cuando veamos que la masa está más o menos compacta.

Ponemos la masa sobre la encimera mismamente y amasamos un poquito, pero sólo un poquito, para formar una bola de masa.
Esta bola de masa (o podemos hacer dos, si luego queremos trabajarla más fácilmente) la envolvemos en papel film y la metemos en la nevera para que se enfríe durante un par de horas al menos.

Lapidillas, lapidillas de buen rollo...

 ¿Por qué hacemos este paso? porque la masa recién hecha es muy muy blanda y al cortar las galletas perderán la forma enseguida (si lo sabré yo ¬¬). Con la masa fría es más fácil sacar bien las formas.


Cuando la sacamos de la nevera, echamos un poco de harina sobre la encimera y estiramos con el rodillo hasta el grosor que queramos (se supone que unos 5-6 milímetros es lo ideal, pero nosotras las estiramos un poco a ojímetro y salieron más finitas pero igualmente se hornearon muy bien).
Y toca ir cortando con el cortador que queráis.

También se puede cortar directamente las galletas recién hecha la masa y meterlas en la nevera una vez cortadas, pero por experiencia es más engorroso ya que ocupan mucho más sitio en la nevera (y para trasladar las galletas recién cortadas de la encimera a la bandeja pierden la forma en cero coma). 

Coronas de rey decoradas con glasa real. Quedaron un tanto pfff XD pero muy ricas.

Sólo queda precalentar el horno a  180º y  colocar las galletas sobre la bandeja de horno, que habremos forrado previamente con papel de horno para que no se peguen y a hornear.  

No tienen que tostarse, así que hay que estar pendientes porque en cuanto empiezan a dorarse por los bordes estarán hechas. Cada horno es un mundo, pero en el nuestro, basta con unos 9 minutos. 

Pues salieron riquíiiiisimas *w* con un gusto a (salvando las distancias) esas galletas de mantequilla danesas de caja de lata. Son adictivas, y sin decorar con nada por encima ya estaban de vicio. Pero bueno, ya que estábamos con ello quisimos ponerles algo por encima. Normalmente se decoran con mazapán, fondant o lo que se llama "glasa real". Esto último es lo que hemos usado.

Para la glasa seguimos la receta de este otro blog. 

Ingredientes: 

• 250 gr. de azúcar glas
• 6 ó 7 gotas de zumo de limón
• 1 clara de huevo.

Se pone la clara de huevo en un bol  y se añaden 3 o 4 cucharadas de azúcar glass.

Al empezar a batir, incorporar el zumo de limón. 

Continuar batiendo mientras se va echando el resto de azúcar glas en pequeñas cantidades cada vez.

Cuando haga picos bien marcados, está lista la glasa. 

Como podéis ver en las fotos, las galletas bien, la decoración no tanto xD la glasa ha salido bien pero hay  que practicar más con la manga pastelera. Aunque sinceramente, las galletas están ricas ya solas sin nada. 

Dan ganas de coger un bol de mini murciélagos y hale, a ver una película, por ejemplo. ¡Son un vicio!